LOS TRES GRANDES RECURSOS DE UN EDUCADOR, DE CORAZÓN



     Si una semilla puede contener en potencia bosques enteros, ¿qué no contendrá un ser humano ...?  

Como la semilla un niño puede parecer sólo un ser indefenso, pero en su interior duermen universos enteros esperando ser despertados por un educador, de corazón

    Si como educador sufres alguna crisis, si sientes que te faltan las fuerzas para continuar o simplemente te ves con falta de recursos, toma una semilla en tus manos y piensa que todo está en ella salvo la tierra fértil en la que germinar, esa tierra eres tú ... llévate a continuación la semilla a tu corazón y pregúntale cómo convertirte en fértil para tus hijos  o alumnos. Tu corazón sabe lo que ellos necesitan aunque tu mente esté confusa, escúchale y sigue su consejo por disparatado que te parezca. Este gran recurso siempre acompaña al maestro, de corazón, por eso es siempre humus para sus alumnos.

     El segundo gran recurso es hacer florece a sus "semillas", ya hechas árboles, convirtiéndose en primavera; es decir haciéndoles respirar el aire de la libertad que nunca manipula el interior de las personas.

Ser primavera para nuestros hijos y alumnos nos recompensa con las flores de sus sonrisas. Por eso, un educador, de corazón, lleva siempre consigo el aroma de la alegría de sus educandos.
   
    El tercer gran recurso es reeducarse en los Nuevos Paradigmas del Conocimiento, que permiten expandir la inteligencia de sus alumnos iluminándola además con la sabiduría de sus corazones.

    Con estos tres grandes recursos encarnados, que van más allá de los recursos materiales y que son irrecortables por cualquier crisis social o económica, el educador, de corazón, habrá puesto las bases para que sus alumnos e hijos puedan dar el mayor de los frutos: sentirse creadores libres de su propia vida. 

    

2 comentarios:

  1. Excelente.. me gusto mucho, gracias x compartir.

    Tambien aprovecho para solicitarte el libro de los 23 maestros de corazon... mi email es jascompu@gmail.com

    Saludos....

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  2. Gracias Carlos! Siempre iluminando con tu sabiduría. Un abrazo grande desde Bariloche, Argentina.

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