El niño cuando aprende algo no lo clasifica entre lo ya conocido, lo recibe desde la frescura de falta de juicios y prejuicios. El adulto busca que el nuevo conocimiento se amolde entre lo viejo, es más, busca que lo nuevo se someta a su zona de confort y seguridad de pensamiento, hasta el punto de que cuando tiene dificultad para lograrlo se dice a sí mismo que lo que está aprendiendo es muy difícil. Esta diferencia entre el aprender del adulto y el niño es lo que hace que la lengua materna la aprendamos sin ningún esfuerzo, en cambio la lengua extranjera que nos enseñan en la escuela se convierte ya en algo difícil, que intuimos que nunca vamos a dominar como nuestra propia lengua, el motivo es que el maestro pretende que el niño aprenda como un adulto, apartándole poco a poco de su forma natural y fresca de aprender, mucho más eficaz que la de la escuela.
LA DIFERENCIA ENTRE EL APRENDER DEL NIÑO Y EL DEL ADULTO
El niño cuando aprende algo no lo clasifica entre lo ya conocido, lo recibe desde la frescura de falta de juicios y prejuicios. El adulto busca que el nuevo conocimiento se amolde entre lo viejo, es más, busca que lo nuevo se someta a su zona de confort y seguridad de pensamiento, hasta el punto de que cuando tiene dificultad para lograrlo se dice a sí mismo que lo que está aprendiendo es muy difícil. Esta diferencia entre el aprender del adulto y el niño es lo que hace que la lengua materna la aprendamos sin ningún esfuerzo, en cambio la lengua extranjera que nos enseñan en la escuela se convierte ya en algo difícil, que intuimos que nunca vamos a dominar como nuestra propia lengua, el motivo es que el maestro pretende que el niño aprenda como un adulto, apartándole poco a poco de su forma natural y fresca de aprender, mucho más eficaz que la de la escuela.
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