EL MAESTRO ZAHORÍ
La educación que recibimos ha
enterrado el agua de nuestra creatividad bajo el desierto del victimismo que
hemos creado entre todos. El educador zahorí ha de saber descubrir a sus
alumnos el agua fresca y pura de la creatividad, que discurre bajo la seca corteza del terreno mental que
"pisan" en el día a día en
clase. Juntos, maestro y alumnos, han de empezar a cavar pozos, a regar sus
clases con su agua, a sembrar futuros diferentes .... y a empezar a recoger
frutos con los que nutrirse.
Los
encuentros diarios ya no serán dirigidos por la rutina de cumplir meramente
unos temarios, ni por juegos de disimulos, de ocultación, de insinceridad, en
definitiva, de desconfianza entre profesor y alumnos. El agua de la creatividad irá convirtiendo a
todos en maestros de su propia sabiduría, cada uno colaborará a hacer de la
clase un vergel, que será todo un modelo
de futuro para la sociedad que los hoy alumnos han de ayudar a crear. Puede
parecer todo esto una utopía, algo milagroso, pero todos sabemos que el “agua”
y los buenos nutrientes hacen milagros con la tierra. El maestro, de corazón,
con su arte de zahorí sabe encontrar esa agua
y esos nutrientes aun en los desiertos más áridos.
Con el tiempo, los otros profesores, las
otras clases ... empezarán a preguntarse cómo el desierto se convirtió en
vergel. El maestro zahorí y sus alumnos les ofrecerán frutos de su
"huerto", mientras les explican que debajo de la tierra que pisan en
sus clases discurren ríos de agua, de creatividad con la que empezar a crear
una nueva humanidad ... Entre los invitados se
comenzará a sentir el inmenso poder que posee un solo maestro zahorí
que, al igual que una simple y pequeña semilla, es capaz de convertir un
desierto, un futuro árido, en una tierra fértil ... tal vez empiece en alguno de ellos a despertarse
su propio maestro zahorí.
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