Sin el poder del pasado y el poder del futuro el presente sería un poder vacío. En todo momento habitamos en tres
lugares simultáneamente: el pasado, el futuro y el presente. El último
simplemente constituye el lugar en el que creamos utilizando las experiencias
vividas en los otros dos, con el plus de
encarnarlas físicamente.
Los pasados
y futuros posibles, los que aún no hemos realizado en nuestro hábitat
del presente, constituyen todo un repertorio de posibilidades, siempre que
seamos capaces de reconocerlas, para ello contamos con el poder de imaginar que
no es más que reflejar en nuestra mente consciente lo que ya hemos vivido en
otras dimensiones.
Imaginar, pues, es una puerta a un mundo
de experiencias propias que aún no hemos reconocido como tales. Traspasarla y
explorar ese mundo nos convierte en personas inmensamente ricas, pues nos abre
a todo un universo de presentes posibles, en definitiva, de formas de vivir
nuestra encarnación.
El desarrollo de la imaginación multiplica
nuestras posibilidades de elección, aumentando así nuestra libertad, por eso es
algo fundamental en toda educación que quiera ayudar a crear ciudadanos libres.
No podemos sentirnos verdaderos creadores de nuestra vida sin acceder a
nuestros pasados y futuros posibles, sin abrir la puerta de la imaginación a
ellos.
Querido lector, si no sabes bien cómo
acceder a tus pasados y futuros posibles empieza por practicar tu imaginación
desde la inocencia, ésta garantiza que tus pasados vividos no sean un freno en
el arte de imaginar. ¡Pruébalo, es algo increíble ... parece mentira que
estando ahí nunca hayamos sido conscientes! Ya me contarás ...
Muy lindo el texto. Es maravilloso pensar en las posibilidades que tenemos como seres humanos. La inocencia magra fortuna de niños vaya uno a saber por qué la perdemos tan rápido. No olvidemos nuestro pasado, no olvidemos que también conocimos esa inocencia y viviamos el presente con esperanza de un futuro posible! Gracias!
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