DANDO VIDA Y UTILIDAD A LAS CLASES DE HISTORIA


      Un estudio de la historia conocida de la humanidad, desde la perspectiva de las leyes que rigen el paradigma de la dualidad, la simplificarían hasta tal punto que por fin podríamos entender las causas reales de los acontecimientos, dejándolas de confundir con las proyecciones culturales que normalmente hacemos, que además suelen estar muy dirigidas por los traumas psíquicos de los pueblos.

      Un estudio tal nos permitiría comprender la historia de forma  que ayudaría a despejar nuestro futuro de las ataduras del pasado, convirtiéndola en una poderosa herramienta de autoconocimiento de los pueblos y de las personas que los integran. El concepto de cultura no quedaría limitado a logros del pasado, sino que se alcanzaría un concepto dinámico de la misma, en la que se permite que el pasado muera para que dé paso a un nuevo y fresco futuro, educando  a las personas como creativos culturales. En definitiva, sería una historia liberadora de los males endémicos de la humanidad, una historia viva, que no sólo refleja el pasado, sino que abre la puerta a futuros diferentes.

Una historia dinámica y útil no ha de servir sólo para conocer una pequeña parte de nuestro pasado, que siempre será un sesgo cultural reflejado en el contenido del propio temario, ha de ser también una herramienta de sabiduría que nos haga comprender las causas esenciales del devenir histórico en el Paradigma de la Dualidad, para así ayudarnos a liberar de los males endémicos de la humanidad a las nuevas generaciones. La asignatura de historia ha de estar impregnada de la mirada amorosa de un abuelo a su nieto, entregándole el testigo de sentirse creador del futuro, dueño de su propio destino.

      Esta labor no ha de quedar en manos de eruditos académicos, han de ser los propios maestros que imparten historia, quienes de una forma creativa descubran causas profundas en los devenires históricos, que estén relacionadas con la psique humana educada en dualidad.

  El profesor que sienta esta labor investigadora ha de realizar a la par un proceso de autoconocimiento, sin el cual no tendrá la perspectiva adecuada; en definitiva, se trata de reconocer al ser humano en los procesos históricos y no de encasillarlo en las teorías históricas que prevalezcan en la cultura correspondiente. Esta labor de auténtico espíritu científico hará de las clases de estos maestros un ejemplo de conocimiento vivo, creando un ambiente en el que el mismo alumno se torne investigador, es la escuela que trasciende los mismos temarios partiendo , eso sí, de ellos., es un camino a educar en la creación del propio conocimiento, unos pasos que conducen de la escuela de la instrucción a la de la sabiduría.”



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