LA DANZA DE LOS TRES PODERES COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA



     El porqué explica el presente en función del pasado y el para qué en función del futuro. El poder del presente es pues inseparable del pasado y del futuro, pero conviene saber que todos tenemos varios pasados y futuros posibles, todos ellos pueden ser fuentes de presentes distintos, es la Danza de los Tres Poderes: pasado, presente y futuro. Una educación esencial ha de trabajar los tres poderes a nivel individual y social. De hecho, para educar con verdadero espíritu científico es necesario ante cualquier investigación hacer frente no sólo a los porqués – base del mecanicismo – sino también a los para qué, trascendiendo así el concepto lineal del tiempo, tal como proponen los Nuevos Paradigmas del Conocimiento.
   No basta con estudiar la historia que ocurrió, es importante también imaginar la que pudo ser, de esta manera las clases de historia se convierten en algo creativo en la que todos los alumnos pueden participar, ya no serán simplemente lo que en un momento determinado marquen los temarios oficiales. Recrear la historia es hacerla nuestra, es entenderla a niveles más profundos que la interpretación que de ella se dé en los libros, pudiendo además conectarla con nuestra propia vida y convertirla, así, en una herramienta para conocernos.


  Subir al escenario de la historia a nuestros alumnos los convierte en  algo más profundo que en  conocedores de la misma: los hace partícipes de la historia y de sus potenciales creadores.
   El estudio del futuro, aunque no tenga asignatura entre nuestras disciplinas, es fundamental para que nuestros alumnos puedan llegar a sentirse los creadores de su propia vida. Si no motivamos  personas capaces de imaginar futuros diferentes, estaremos condenando a las generaciones venideras a repetir diversas versiones de los mismos pasados. Como herramienta poderosa para tal estudio tenemos nuestra imaginación, con ella en clase se pueden “crear” sociedades en las que todos vivamos sin traicionar a nuestro sentir, en la que la abundancia exista para todos … ¿es posible pensar en una actividad que pueda unir más a la clase que la de sentirse creadores del futuro, que conduzca a introducir valores humanos de una forma más sencilla y creativa …? Unas clases así estarían poniendo las bases de una auténtica democracia, en la que votar no significaría delegar nuestro poder en nadie, pues todo ciudadano se sentiría creador de su propia sociedad y de la humanidad misma.


  Hacer mirar hacia  el futuro, desde la alegría de corazón,  a nuestros hijos y alumnos puede ser algo maravilloso y sorprendente …
     Como ves, querido lector, la Danza de los Tres Poderes es una maravillosa herramienta pedagógica, que nos recuerda que no hay nada más grande que la educación para cambiar nuestro futuro y trascender el sufrimiento del pasado, algo tan evidente como olvidado. ¿Qué te parece empezar a recordarlo entre todos … convertirlo en un tema frecuente de conversación …?  Y a mis queridos educadores: ¿no os apetece probar estas singulares clases de historia e introducir la materia del futuro en vuestra maravillosa labor cotidiana …. ? Si lo hacéis será un placer escuchar vuestros resultados y las nuevas ideas que surjan al aplicarlo.
  
  
  

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